Vigésimo primer cumpleaños de nuestra unidad monetaria



Billetes y monedas de euro


En un contexto bélico que propiciaría la Primera Guerra Mundial, los habitantes del mundo, especialmente los europeos, no se imaginaban la idea de vivir en paz y armonía. Aunque varios años más tarde, ya hablaban del establecimiento de una unidad monetaria común para todos los países miembros de la por entonces Comunidad Económica Europea (CEE) de 1957, la cual con la firma del Tratado de Maastricht (1993) pasó a denominarse Comunidad Europea, en la que España ingresaría en 1986. 

Hoy, 1 de enero de 2020, acudimos al vigésimo primer cumpleaños de la unidad monetaria que ha supuesto un cambio para la economía europea y, por consiguiente, española. Por este hecho, he decidido exponer una entrada sobre el euro, para lo que nos remontaremos a su origen. 

Corría el año 1995, cuando en la cúspide de jefes de Estado y de Gobierno, la designación del euro llegaba sin contradicciones. Posteriormente, en 1998, en el Parlamento Europeo, se aprobó la entrada de la moneda en once países miembros de la Unión Europea; lo cual supondría una mayor fluidez de las transacciones comerciales en la zona euro y fuera de ella

En realidad, la moneda entró en circulación, esto es, el público pudo recurrir a ella desde el 1 de enero del 2002, gracias a su asignación a las entidades financieras cuatro meses antes; lo que supuso un grandísimo logro para la historia europea, que se podría corroborar, a través de la cifra extraordinaria, 72%, en la que se incrementado la economía de la Eurozona. 

España, uno de los países partícipes de la primera puesta en circulación, fabricó en un primer momento 1924 millones de billetes en euros, según fuentes del Banco Central Europeo. Las colas en los cajeros se divisaban en cualquier sucursal bancaria por la euforia de la adquisición, aunque varios días después los consumidores observaban que ciertos productos estaban indexados, pues su precio había ascendido como consecuencia de la novedad. Y… quizá no estarían equivocados, pues los niveles de inflación aumentaban a gran velocidad y un año más tarde, la cesta de la compra de productos cotidianos ascendió un 18% sobre la del 2001. 

Colas en la sede del Banco de España en Barcelona el 2 de enero de 2002

Ahora bien, si poseemos las mismas restricciones respecto a la política monetaria que el resto de países europeos, ¿cuál es la razón que explica nuestros niveles de desempleo y baja inversión internacional? 

España es uno de los países más desfavorecidos por el euro, a pesar de suponer una gran confianza inversora al principio, lo que concluiría en su cenit con la crisis de 2009. Esta situación se podría explicar con un hecho muy simple, la bajada de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, la cual, dio lugar a un aumento de los precios de los activos y la consecuente crisis inmobiliaria. Aunque, no terminó en ello, sino que, a la recesión, le siguió un aumento del desempleo y en España las cifras de desempleo se vieron incrementadas por encima de los niveles que en el resto de países europeos. 
Original AQUÍ

Hoy día, podríamos afirmar que la devaluación de la moneda podría haber sido la causa de la crisis inmobiliaria, pero también su solución, pues si España hubiese contado con libertad económica, quizás en 2011 habríamos logrado superar el umbral de depresión en el que anduvimos sometidos hasta el 2015, cuando las reformas económicas lograron una mejora. 


Tras la lectura de la entrada de hoy, podríamos comprender una de las razones por las que en Reino Unido existe la polémica de abandonar la zona euro. Pues la pertenencia a ella, supone beneficios y perjuicios; ahora bien, sería necesario colocarlos en una balanza y observar qué supone una mayor rentabilidad.

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