Opio para la población con el monopolio del té

Bombardeo de un cargamento de opio en el Puerto de Cantón


En esta nueva entrada, trataremos uno de los contenidos aprendidos en la materia. Hace algunos meses, publicamos una entrada sobre la Invasión de la Bahía de Cochinos. Hoy, recordamos otro de los conflictos bélicos producidos entre 1789 y la actualidad. Concretamente, las Guerra del Opio.

Para describir las causas y consecuencias de estos dos conflictos sucedidos durante el siglo XIX, debemos remontarnos al siglo XVI cuando los portugueses crearon el primer puerto comercial en Macao, colonia portuguesa que después formó parte del Imperio Chino.

Para entender el verdadero significado de estos dos conflictos y su gran influencia, definiremos al opio: una droga muy adictiva que se extrae de la amapola. Puede usarse como medicamento, pero además como sustancia estupefaciente. En la década de 1830, millones de chinos la consumían llegando a cifras muy significativas, las cuales provocaron efectos negativos en la salud y en la productividad del país. Ese opio que la población china fumaba era importada por Gran Bretaña.

Chinos fumando opio
A finales del siglo XVIII, China era considerada como una nación semejante a la poderosa y avanzada Europa, aunque a pesar de ser un país con un nombre destacado no era del todo eficaz y resistente. Prueba de ello fueron: el crecimiento demográfico, el aumento de impuestos y las hambrunas causadas por períodos de malas cosechas causantes de un gran malestar social que derivó en un gran número de revoluciones populares que mancharon su nombre. 

Pese a todo lo anterior, la causa fundamental de esas rebeliones fue su oposición al libre comercio con los países europeos, a los que consideraba “bárbaros”. En concreto, el comercio con Gran Bretaña, país origen de la Revolución Industrial. 

Ante el hermetismo asiático, el embajador británico Lord Macartney introdujo medidas menos diplomáticos para acabar con la resistencia china; pues este país contaba con grandes cantidades de plata británicas obtenidas por la exportación de seda, té, algodón y porcelana. Este hecho provocó un gran desequilibrio entre la balanza comercial británica respecto a la de China. 

Sin embargo, los británicos no se quedaron inmóviles, como ya apuntaba anteriormente, a lo largo de los siglos XVII y XVIII, la Compañía Británica de las Indias Orientales se había hecho con el monopolio de un bien muy valioso, que supondría grandes beneficios para un país y extraordinarias pérdidas para otro. Hablo del opio. 

En la década de 1830, los británicos consideraban que debían hacer frente a sus pérdidas de plata y propusieron a las autoridades chinas el intercambio de opio por sus importaciones de sus productos, los cuales, debido a los elevados precios, no eran demandados entre la población china. El emperador chino, Quianlong se negó, obligando a Gran Bretaña a incurrir en el contrabando de opio hacia el país. 

Gracias a ello, Gran Bretaña recuperó gran parte de sus ganancias perdidas anteriormente. Aunque, en torno a 1838, tal sería la situación china que el emperador envió una carta a la reina Victoria pidiéndole que finalizara con el contrabando de ese producto, que estaba produciendo catástrofes entre su población. Nunca recibió respuesta y el comercio de opio continuó por permiso de grandes funcionarios corruptos de nacionalidad china. 

A pesar de la resistencia china, los británicos resultaron vencedores

En 1839, el gobierno chino incautó un cargamento de opio a bordo de un barco que comerciaba a través del puerto de Cantón, la única entrada que tenían los europeos a China. Cuando la noticia llegó a oídos de los británicos, les declararon la guerra a los chinos, en junio de 1840, dando comienzo la Primera Guerra del Opio. Tras dos años de conflicto bélico entre ambos imperios, la derrota China se manifestó con la firma del Tratado de Nankín, en cual se le impuso: el reconocimiento del libre comercio y la cesión de Hong Kong durante 150 años. Además, China debía pagar los costes de la guerra, el opio destruido y las deudas de la población. 

Más tarde, en 1856, el ansia y resentimiento chino dio lugar a la Segunda Guerra del Opio, aunque en esta ocasión, los ingleses pidieron ayuda a los franceses y a los rusos, solo los franceses llegaron a prestarles su ayuda. En bloque, saquearon Pekín, quemaron el Palacio de Verano, entre otros muchos asedios. Finalmente, firmaron el Tratado de Tianjin, por el cual, Rusia, Estados Unidos, Francia y Reino Unido podían acceder a la embajada en Pekín hasta entonces herméticamente cerrada para cualquier país, se le obligaba a China a la apertura de once puertos más, se impuso la libertad religiosa y la compensación de la guerra. 

Tratado de Nankín
En conclusión, estos hechos fueron de gran importancia para la historia china, ya que promovieron la caída del emperador, la crisis y la chispa para la revolución China. En un clima de crispación social y grandes pérdidas, los británicos crearon en Hong Kong el HSBC en 1865 para administrar las ganancias del tráfico del opio, la droga que supuso la marcha del comercio chino con el resto de Europa.

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