Sudán del Sur: el ocaso del país más joven del mundo


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Siete años atrás, se producía el nacimiento del país más joven del mundo hasta día de hoy en un contexto cuanto menos idílico: Sudán del Sur. Dicho país, ubicado en África Oriental y con capital en Yuba, ha sido duramente castigado por una inagotable oleada de guerras civiles que han propiciado el desgaste y la progresiva muerte del país. Hasta el verano de 2011, Sudán del Sur era una región de Sudán. Esto explica que los dos países compartan parte de su historia. De este modo, hacia el año 1899 ambos pertenecían al condominio del Sudán Anglo-Egipcio, que fue fruto de una larga guerra colonial (Rebelión mahdista).

Aunque los dos territorios formaban una única entidad, las diferencias entre ambos eran muy evidentes. La región norte (actual Sudán) mostraba inclinación por la religión musulmana y el árabe como lengua común y la zona sur (actual Sudán del Sur), practicaba el animismo y hablaba inglés. Hoy en día Sudán del Sur se configura como un país multirreligioso y multibilingüe, ya que acoge gran variedad de religiones (cristianismo en su mayoría, animismo, islam) y de idiomas (inglés como lengua oficial junto a otras como el yuba o el nuer).

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Tras la concesión de independencia de la colonia por británicos y egipcios en 1953, se formó tres años más tarde la República de Sudán con capital en Jartum. Esto no hizo más que avivar las tensiones latentes entre los sectores norte y sur, lo que derivó en la Primera Guerra Civil Sudanesa (1955-1972) y más tarde en la Segunda Guerra Civil Sudanesa (1983-2005) como consecuencia del fracasado acuerdo para finalizar la primera contienda en 1972.

En enero de 2005 se firmó un acuerdo de paz que sentó las bases para una posible secesión tras un gobierno surdadanés autónomo de seis años. Así en 2011, se realizó el referéndum que arrojó una mayoría de votos cercana al 99% a la opción de independencia y que convertiría a Sudán del Sur en un nuevo país.

Sin embargo, este periodo de paz pronto vería su fin. En diciembre de 2013, el fallido golpe de Estado orquestado por el ex vicepresidente Reik Machar contra el gobierno de Salva Kiir y los conflictos étnicos y tribales que habían caracterizado los primeros años de independencia, desembocaron nuevamente en estado de guerra civil, la cual persiste en la actualidad. Este nuevo conflicto ha dado lugar al desplazamiento de millones de personas, muchas de ellas niños situándonos ante una de las peores crisis de refugiados de África y una de las más grandes a nivel mundial.


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La inestabilidad política del país, resultado de décadas de un conflicto que parece interminable es clave para entender el atraso de la economía en general. La abundancia de recursos naturales en el país, lejos de constituir una alternativa viable de mejora, lo ha condenado. Sudán del Sur ha sido muy dependiente del petróleo (causante importante de los conflictos con su país vecino Sudán) y esta dependencia ha imposibilitado la mejora de su IDH y de su PIB. Todo ello unido a una inestable climatología, que combina intensas épocas de lluvia seguidas de épocas de sequía, ha propiciado la extensión de la pobreza y de una terrible hambruna, situando al país en un estado de emergencia humanitaria semejante al vivido en Estados fallidos como Somalia o Yemen. La juventud e ilusión de un país naciente queda ahogada por las consecuencias derivadas de un escenario bélico prolongado en el tiempo, cuya reversión parece estar lejos de producirse.





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