La Revancha Tributaria

EL PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS, DONALD TRUMP
Desde tiempos inmemorables, el país formado por cincuenta estados ha sido considerado uno de los más poderosos del planeta en todos los ámbitos de la vida y, a día de hoy, podemos afirmar que esto perdura en el tiempo.

El pasado 18 de octubre, tras 15 años de resignación americana, el presidente estadounidense, Donald Trump, decidió incrementar el porcentaje arancelario de numerosos productos de países pertenecientes a la Unión Europea. En Alemania, afectaría a los grofes y a las galletas; en Francia, a los vinos y a los quesos y en Reino Unido, al whisky. Pero, sin duda, el país más afectado sería España, pues el arancel recaerá sobre el aceite de oliva, y este país vende este producto en una cuantía de 409 millones de euros a EEUU. Como se puede observar, son los productos más representativos los peor desamparados, razón principal, las grandes exportaciones anuales.

Ahora bien, cabe la posibilidad de preguntarnos, cuál es el origen de esta guerra comercial. Entre tanto, la respuesta la hallaremos remontándonos al 2004, año en el que Estados Unidos acusó ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) a la Unión Europea de que varios de sus miembros: España, Alemania, Francia y Reino Unido habían financiado con créditos por un valor inferior al precio de mercado a la empresa aeronáutica de Airbus, quien era y es la principal competidora de Boeing, empresa americana del mismo sector. Con estas subvenciones, Airbus pudo beneficiarse y construir las aeronaves más emblemáticas de su existencia.

La OMC ha concluido que Boeing perdió una cantidad de unos $7.5000 millones de dólares (unos 6.900 millones de euros) en ventas potenciales debido a las ayudas prestadas, aunque existe controversia en ello. Por esta razón, autoriza al Gobierno de Trump gravar estos productos con unos aranceles equivalentes a dicha cantidad. Como consecuencia, EEUU ha concluido en una imposición del 25% en productos agrícolas y el 10% a las aeronaves; siendo la mayor cantidad autorizada por la OMC hasta el momento y ante la cual el Gobierno español no ha tomado ninguna medida.

Sin embargo, el problema no recae únicamente sobre los europeos, sino que los americanos también sufrirán parte del gravemen, ya que los altos impuestos impedirán a muchas empresas exportar sus productos de valor. Y, según, Rafael Pico, secretario general de Asoliva, incluso los españoles podrían beneficiarse de tales aranceles estadounidenses, a largo plazo.

Al fin y al cabo, por si existía alguna duda acerca de las políticas proteccionistas del actual presidente estadounidense, esta es la última noticia que puede aclarar su afán contrario, absolutamente, al libre mercado. No obstante, todo son supuestos e hipótesis, datos a los que podemos recurrir, pero en realidad, debemos esperar a cómo influyen realmente en la economía nacional e internacional y durante cuánto tiempo persisten.

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